Señora Directora:

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Perú, desde la óptica chilena, es y seguirá siendo mucho más que un mero socio, debido al sustento, complementariedad comercial y la experiencia chilena en sectores productivos como la minería 3.0 y su amplia gama de servicios sustentables, entre ellos, los servicios de mantenimiento y muchos más (construcción, innovación energética, ingeniería, arquitectura, retail, logística, fintech, procesos de automatización, innovación tecnológica en general.

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Perú a todas luces el país ha perdido la velocidad crucero con la que venía avanzando rauda y sostenidamente a 5% anual en promedio. Hoy las proyecciones apuntan a una contracción de cierre del actual periodo de -12%, no obstante, el efecto rebote optimista para el 2021 se cifraría entre un 7 y 11%.

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Para que el interés por Perú se siga manteniendo, es importante que se perciban señales concretas que evidencien que efectivamente existe disposición de diálogo entre la esfera pública y la privada. Y sobre todo, condiciones que fomenten, propicien y particularmente faciliten -dentro del marco de la normatividad vigente- la inversión y el desarrollo de empresas en su condición de generadores de fuente de empleos e ingresos.

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No hay que olvidar, que lo mejor que le puede suceder a una nación es ser considerada como destino de inversión, o dicho de otra manera, confianza en la institucionalidad del país.

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